Cómo
será la comida del futuro
La
escasez de alimentos es uno de los mayores problemas derivados del
aumento de población del planeta a los que se enfrenta la humanidad.
Algunos expertos aseguran que, al ritmo de crecimiento actual, las
hambrunas se extenderán por todos los continentes en unas pocas
décadas.
Para
tratar de evitar esta situación, muchos científicos intentan
encontrar la forma de producir alimentos en gran cantidad y con el
menor consumo posible de recursos naturales. Una labor, sin duda
titánica, pero que ya comienza a dar algunos frutos. En el blog
«Diario ecología» se hacen eco de esos esfuerzos y nos muestran
cómo podrían ser los alimentos del futuro.
1.-Almidón
de árboles: Un grupo de ingenieros estadounidenses ha
desarrollados una tecnología capaz de producir almidón comestible a
partir de la pulpa de madera. Según sus pruebas, bastan 200 kilos de
materia prima para obtener hasta 20 kilos de almidón. Esta cantidad
podría proporcionar hidratos de carbono suficientes para nutrir a
una persona durante 80 días. Las previsiones de desarrollo indican
que en 2050 esta tecnología permitirá proporcionar alimentos
baratos al 30% de la población del planeta.
2.-Pizza
en 3D: La NASA está financiando el diseño de una impresora 3D
destinada a fabricar comida. En la actualidad, el prototipo está
experimentando con la impresión de pizzas. Para ello, utiliza
cartuchos llenos de los ingredientes en polvo. Estos se mezclan y
calientan antes de imprimirse capa a capa. El dispositivo tiene como
objetivo poder variar la dieta de los astronautas en el espacio.
3.-Carne
cultivada en laboratorio: El pasado año, un equipo de la
Universidad de Maastricht cocinó la primera hamburguesa cultivada in
vitro, creada a partir de células madre de vaca, tras tres años de
investigación. Crear una pieza de de 141 gramos costó 250.000 euros
y resultó ser algo seca, ya que los investigadores aún no saben
cómo crear vasos sanguíneos y grasa. En cualquier caso, calculan
que en el futuro, unas pocas células madre bastarán para obtener
entre diez y quince toneladas de carne con esta técnica.
4.-Carne
impresa en 3D: Una empresa estadounidense ha presentado una carne
fabricada en una impresora 3D, capa a capa, a partir de células
extraídas del animal en una biopsia. Según sus creadores, el
producto puede constituir un remedio contra la ateroesclerosis,
puesto que no contiene grasas.
5.-Embalajes
comestibles: Especialistas de la Universidad de Harvard han
diseñado un aparato capaz de producir hasta 100 embalajes por hora a
partir de una mezcla de minúsculas partículas de chocolate, nueces
o cereales, calcio y una sustancia extraída de los crustáceos o las
algas denominada quitosano. Además de ser comestible y reducir el
volumen de basura generada por la industria alimentaria, este
embalaje protege de la humedad la comida que está en su interior.
6.-Insectos:
La carne de los insectos es más rica en proteínas y mucho más
barata que la carne creada en laboratorios. Además, estas criaturas
son mucho más fáciles y cómodas de criar que las reses. Quizá por
ello, la FAO considera a los insectos comestibles como uno de los
alimentos del futuro y algunos restaurantes de Europa y Estados
Unidos comienzan a incluirlos en sus cartas. Además, varias empresas
occidentales han comenzado a experimentar con diversas formas de
incorporar las proteínas de insecto a sus productos.
7.-Algas:
Puede que las algas se encuentren en el escalón más bajo de la
cadena alimenticia, pero pueden ser una solución para algunos de los
problemas más complejos del mundo, incluida la escasez de alimentos.
Sirven como alimento para los seres humanos y los animales, y pueden
cultivarse en el océano. Desde hace mucho tiempo éstas forman parte
de la dieta en Asia, y países como Japón tienen enormes granjas de
algas. Al igual que los insectos, pueden añadirse en la preparación
de otros alimentos sin que nos demos cuenta. Y como existen 10.000
tipos en el mundo, el sabor que pueden aportar es bien variado.
8.-Los
alimentos transgénicos:
Los
mayores cambios y los que parecen considerarse un tabú son los que
traerá la ingeniería genética en plantas y animales. A pesar de
las reticencias de la opinión pública, el camino ya está abierto.
"Muchos productos están protegidos por patentes y conservados
en el cajón hasta que haya más permisividad a los transgénicos",
nos cuenta José Vicente Carbonell desde el CSIC. "Los avances
van a ser muy importantes, en cuanto aumentar la productividad, la
resistencia a plagas, incorporar nutrientes y también se van a dar
en el campo animal".
A
pesar de la imaginería apocalíptica, los laboratorios no andan
trabajando en un pollo con patas de cerdo ni vacas que den leche con
cacao, sino en pequeñas mejoras que permitan mejorar la producción
de leche o combatir enfermedades. Un ejemplo muy conocido es el de
los cerdos que han sido modificados genéticamente para que su saliva
segregue una enzima llamada fitasa que les permite absorber mejor el
fósforo en su alimentación: esto permite que sus heces sean menos
contaminantes y que los ganaderos no tengan que agregarle un
suplemento a la comida para evitar este problema.
"Muchos
alimentos funcionales que hoy en día están en fase de desarrollo se
basan en organismos transgénicos", asegura José Miguel Mulet,
"como la carne de cerdo baja en colesterol, el arroz dorado
(éste además libre de patente), la patata dorada (menos famosa que
el arroz). A la larga, o a la corta, Europa va a abrir la mano en el
tema de los transgénicos. No les queda otra".
El
primer choque serio en este terreno fue el de la empresa AquaBounty,
que intentó que las autoridades de EEUU le autorizaran a
comercializar una variedad de salmón transgénico para consumo
humano. Provisto de un gen de otra especie, este nuevo salmón crecía
a más velocidad y alcanzaba el tamaño para la venta en la mitad de
tiempo. En verano de este año, el Congreso de EEUU paralizó la
iniciativa. A pesar de que AquaBounty insistió en que todos sus
salmones serían hembras estériles, venció el temor a que esta
variedad invadiera el océano y compitiera con los salmones salvajes.
Una primera batalla perdida por los transgénicos, pero ni mucho
menos la última.
PREGUNTAS
1.
¿Qué alimentos te gustan más? ¿Qué opciones te gustan menos?
2.
¿Crees que es imposible producir suficiente comida en el mundo para
alimentar a toda la población? ¿Qué se debe priorizar a la hora de
alimentar a la población?
3.
¿Cómo se debe producir la comida? ¿Localmente? ¿A gran escala?
¿Debe ser de una forma sostenible y ecológica? ¿Cómo crees que
será en el futuro?
4.
¿Qué te parece la idea de “imprimirte” la comida? ¿Y la idea
de comer el embalaje de la comida?
5.
¿Comerías insectos? ¿Y como acompañamiento a un plato principal?
6.
¿Qué opinas sobre los alimentos transgénicos? ¿Crees que son
beneficiosos o perjudiciales para la salud? ¿Crees que tomamos
alimentos transgénicos sin saberlo?
7.
¿Deberíamos comer más algas en la cocina occidental? ¿Crees que
sería saludable?
8.
¿Crees que es posible cambiar los hábitos de alimentación de
occidente por estos nuevos tipos de comida? ¿Cuál crees que sería
el más fácil? ¿Y el más difícil de integrar?
9. ¿Qué piensas de los alimentos funcionales? ¿Funcionan?
9. ¿Qué piensas de los alimentos funcionales? ¿Funcionan?