http://cultura.elpais.com/cultura/2015/05/20/actualidad/1432123650_805121.html
La
vida sin pausa propia del capitalismo del siglo XXI provoca
conflictos que son inseparables de las configuraciones del sueño y
la vigilia, la iluminación y la oscuridad, la justicia y el terror.
Genera indefensión y vulnerabilidad. La fórmula 24/7 [24 horas al
día, siete días a la semana] sirve para evocar una constelación de
poderosos procesos de nuestro mundo contemporáneo caracterizados por
la actividad, la acumulación, la producción, las compras, la
comunicación, el juego, o cualquier otra cosa, incesantes. Ya sea en
el trabajo o en el tiempo libre, existe una imposibilidad cada vez
mayor de hacer una pausa, de estar desconectado. 24/7 significa la
imposición generalizada a la vida humana de una duración sin
interrupciones, de un tiempo homogéneo que ya no transcurre.
Trasciende al tiempo del reloj y se define por un principio de
funcionamiento y operación continuos.
1.
¿Qué significa 24/7? ¿Por qué existe este concepto? ¿Es verdad
que hoy en día no es fácil tomarse una pausa?
24/7
significa que no hay intervalos de calma, silencio, o descanso y
retiro. Igualmente importante es que se trata de una condición de
exposición y visibilidad permanentes, un mundo iluminado
ininterrumpidamente en el cual nada de lo íntimo puede permanecer
oculto o en el ámbito privado. Es sinónimo de la implacable
traducción a valor monetario de cualquier intervalo de tiempo
posible o de cualquier relación social concebible, de hacer todos
los elementos de nuestras vidas convertibles a los valores del
mercado. La mayoría de los motores básicos de la vida humana —el
hambre, la sed, el deseo sexual, y, desde hace poco, la necesidad de
amistad— han sido transformados artificialmente en formas
mercantilizadas o financializadas. Sin embargo, la gran excepción es
el sueño. El sueño, en cambio, representa esa parte de las
necesidades humanas y de los intervalos de tiempo que no pueden ser
colonizados o conectados a una enorme máquina de obtener
rentabilidad. Lo extraordinario del sueño en esta era es que de él
no se puede extraer absolutamente ningún valor monetario.
2.
¿Qué te parece que haya establecimientos que nunca cierren? ¿Crees
que se puede sacar beneficio del sueño?
En
su profunda inutilidad, su absoluta pasividad y su inmensa pérdida
de tiempo de producción y consumo, el sueño entrará siempre en
colisión con las exigencias de un universo 24/7. La gran parte de
nuestras vidas que pasamos dormidos, liberados de tener que
satisfacer mecánicamente la proliferación de falsas necesidades, es
uno de los grandes desafíos humanos a la voracidad del capitalismo
contemporáneo. El sueño es una interrupción intransigente del robo
de nuestro tiempo por parte del capitalismo. Nuestro actual sistema
económico mundial de mercados 24/7 y de producción y consumo
incesantes es fundamentalmente incompatible con la pausa de
inactividad del sueño humano. El sueño puede sufrir perjuicios o
mermas a causa de esa vida sin pausa inducida por las nuevas
tecnologías y la globalización, pero nunca podrá ser totalmente
colonizado o racionalizado. Ahora nuestra meta debería consistir en
concentrarnos en otros espacios y actividades que necesiten ser
defendidos de su traducción en valor financiero, ya sea en el lugar
de trabajo, en el medio ambiente, en la educación, en la agricultura
o en muchas otras áreas en crisis.
3.
¿Es inútil el sueño para el ser humano? ¿Es más importante
trabajar o estudiar que dormir? ¿Te gusta dormir?
El
sistema 24/7 ha suplantado la mayor parte de las notas distintivas
rítmicas y periódicas de la vida humana que florecieron durante
miles de años. Connota un esquema arbitrario y rígido de la semana,
privado de la variopinta indeterminación de la experiencia vital.
Como señalaba al principio, muchas instituciones del mundo
desarrollado llevan décadas funcionando 24 horas al día siete días
a la semana, sobre todo desde la implantación de las comunicaciones
por satélite. Pero no ha sido hasta hace poco, en los últimos 10 o
15 años, cuando la elaboración de la propia identidad personal y
social está siendo reorganizada para adaptarla al funcionamiento
ininterrumpido de los mercados, las redes de información y otros
sistemas.
4.
¿Crees que el sistema 24/7 es la causa de que tantas personas tengan
estrés? ¿Cuáles son las ventajas y las desventajas del sistema
24/7?
Un
entorno 24/7 tiene la apariencia de un mundo social, pero en realidad
es un modelo no social de conducta maquinal y una suspensión del
acto de vivir que encubre el coste humano exigido para sostener su
efectividad. Se debe distinguir de lo que Georg Lukács y otros
definieron a principios del siglo XX como el tiempo vacío y
homogéneo de la modernidad, el tiempo métrico o de calendario de
los países, de las finanzas o de la industria, del cual estaban
excluidas las esperanzas o los proyectos de los individuos o de la
clase trabajadora. La novedad es el abandono generalizado de todo
fingimiento de que el tiempo va unido a cualquier proyecto a largo
plazo, incluso a fantasías de “progreso” o desarrollo. Un mundo
sin sombras, iluminado 24 horas al día siete días a la semana, es
el sueño capitalista final de la poshistoria, en la que la alteridad
que constituye el motor del cambio histórico ha sido suprimida.
5.
¿Debemos trabajar los seres humanos como máquinas? ¿Crees que
trabajamos hoy más o menos que antes?
24/7
es un tiempo de indiferencia, frente a la cual quedan al desnudo la
fragilidad y la precariedad de la vida humana, y en el que el sueño
no es necesario ni inevitable. Con respecto al trabajo, hace
verosímil, incluso normal, la idea de trabajar sin pausa, sin
límite. 24/7 está alineado con lo inanimado, lo inerte o lo exento
de envejecer. Como una exhortación publicitaria, proclama la
disponibilidad absoluta, y por lo tanto, las necesidades
ininterrumpidas y la incitación a ellas, pero también su
insatisfacción perpetua. La ausencia de restricciones al consumo no
es simplemente temporal. Hace tiempo que dejamos atrás la época en
la que se acumulaban principalmente cosas. En la actualidad nuestros
cuerpos y nuestras identidades asimilan una sobrecarga en continua
expansión de servicios, imágenes, procedimientos o substancias
químicas hasta un límite maligno o, a menudo, fatal. La
supervivencia a largo plazo del individuo es cada vez más
prescindible a tenor del abandono del Estado de bienestar, así como
de cualquier forma de capitalismo mitigada o controlada. Se rechaza
la necesidad de cualquier intermedio de pausa o quietud. El tiempo
para el descanso, la salud o el bienestar es sencillamente demasiado
caro para ser posible dentro de la actual economía global.
6.
¿Deben los trabajadores estar siempre disponibles para trabajar?
¿Hay que estar siempre haciendo cosas, por ejemplo trabajar,
estudiar, viajar, salir de fiesta, comprar, hacer ejercicio, etc.?
¿Está mal visto dormir o descansar?
Pero
también insisto en que las temporalidades sin pausa son corrosivas
para el tejido de la vida social y la sociedad civil. Al fomentar una
cultura vacía de autopromoción y autoabsorción, las tecnologías
24/7 perpetúan la ilusión de un tiempo sin espera, de una
instantaneidad a demanda, de adquirir y tener manteniéndose aislado
de la presencia física de otros y de cualquier sentido de la
responsabilidad que esta pueda conllevar. El sistema 24/7 también
mina la paciencia y la deferencia individuales que son cruciales para
cualquier forma de democracia directa: la paciencia de escuchar a los
otros y de esperar a que llegue el turno para hablar. El problema de
esperar, de intervenir por turnos, está ligado a una
incompatibilidad más amplia del capitalismo del 24/7 con cualquier
práctica social en la que intervengan el compartir, la reciprocidad
o la cooperación. Para los partidos y los grupos de izquierdas, el
concepto de “política por Internet” es un oxímoron desastroso.
Puede que las plataformas de las redes sociales tengan el potencial
algorítmico de movilizar a gran cantidad de personas en torno a un
solo tema o a un acontecimiento único, pero son intrínsecamente
incapaces de alimentar una comprensión vivida de la interdependencia
humana o de las prácticas fortalecedoras de apoyo mutuo basadas en
la comunidad.
7.
¿Crees que nos hemos acostumbrado a no esperar? ¿Esto puede ser
negativo para nuestras relaciones con los demás? ¿Queremos solo que
nos escuchen y no escuchar a los demás? ¿Puede arruinar esto
nuestras relaciones?
Como
nos dicen muchos famosos teóricos de la política, cualquier clase
de resistencia eficaz supone inventar al mismo tiempo nuevas maneras
de vivir. Y aquí viene la parte difícil: antes de que cualquier
nueva forma de vida social pueda surgir siquiera de forma
provisional, tiene que haber un replanteamiento radical de cuáles
son nuestras necesidades, un redescubrimiento de cuáles son nuestros
deseos. Esto significa dejar por completo de comprar lo que se nos
dice que necesitamos, y repudiar del todo el papel de consumidores.
Significa rechazar activamente la letalidad de la cultura del dinero
y todas las imágenes y fantasías tóxicas de riqueza material que
nos rodean. Para aquellos de nosotros que tengamos hijos, significa
abandonar las expectativas imposibles y desesperadas de éxito
profesional y económico que les imponemos, y proporcionarles en
cambio visiones de un futuro habitable compartido colectivamente.
Pero estas son tan solo las primeras de las tareas preliminares, una
preparación rudimentaria para las luchas políticas reales que están
teniendo lugar actualmente y para aquellas que no tardarán en
extenderse por doquier, en medio de la intensificación de la
catástrofe ecológica, la polarización económica y la guerra
imperial.
8.
¿Cuáles son nuestras necesidades? ¿No necesitamos las
telecomunicaciones? ¿Ni los anuncios publicitarios? ¿Y el dinero?
¿Estamos dando un mal ejemplo a los niños del futuro? ¿Cómo crees
que se desarrollará este fenómeno en el futuro? ¿Cada vez se
trabajará más y más o llegará un punto en el que la gente no
quiera trabajar?
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