Los gallegos
–Tienen un acento contagioso, si pasas más de 5 días allí o más de 5 días con algún gallego, de repente estás hablando en pasado y ni te das cuenta, ¿oíste?
–Tienen
morriña,
ese sentimiento mundialmente conocido al que cantó Rosalía de
Castro y que no llegas a comprender hasta que no te vas de su hermosa
tierra.
–Son
desconfiados,
pero solo al principio. Tardan tiempo en ofrecerse a los demás, pero
cuando lo hacen, ya tienes un amigo para toda la vida.
Los asturianos
–Son muy patriotas. España es Asturias y el resto, tierra reconquistada. Un asturiano no sale de la “tierrina” sin su bandera.
–Solo
beben leche Asturiana. Si
tienen que remover Roma con Santiago o hacerse una ruta de
supermercados por tu ciudad, lo hacen. Un asturiano no duerme
tranquilo hasta que no encuentra su leche.
–Beben
mucho.
Obvio, tienen la mejor sidra del país. Lo
primero que hacen nada mas llegar a Madrid es buscar un bar asturiano
para beber sidra y sentirse como en casa.
Los cántabros
–Hablan cantando. Da igual en que parte de Cantabria estés, en el oeste cantarás con acento asturiano y en el este con acento vasco.
–Son
muy orgullosos. No
te rías de un cántabro o digas algo en contra de Cantabria porque
se sentirán muy ofendidos. Ahora, a la hora de reírse de los demás,
son los primeros que se suben al carro.
–Tienen
las mejores anchoas del mundo.
Si querido Revilla, ya se lo hemos oído decir 100.000 veces, pero lo
puede usted decir otras 100.000 más. Son las mejores sin duda.
Los vascos
–Son cabezotas, no le digas a un vasco que algo no se puede hacer porque lo hará. Si hace falta te corta un tronco o te mueve una piedra, pero seguro que lo hará.
–Si
hay que ir de fiesta, se va.
Ellos inventaron el término “gaupasa” (pasar la noche sin
dormir). Si no tienes con quién salir de fiesta, llama a un vasco,
se apunta seguro.
–Son
fríos,
no esperes un abrazo de un vasco. Primero te observa, luego te invita
a cenar, después te lleva a beber (a ver quién aguanta más) y si
consigues hacer ”gaupasa” con él, igual empieza a soltarse.
Los navarros
–Son vascos. (No todos). De hecho por historia, quizás los vascos deberían ser navarros. Pero, ante todo y sobre todo, el navarro es muy navarro y no le lleves la contraria porque siempre tendrá la razón.
–Son
muy brutos. El
navarro es bruto por naturaleza, bruto para subirte un mueble a un
séptimo sin ascensor y bruto para comerse un menú de siete platos,
postre, café y gintonic.
–Tienen
las mejores fiestas del país,
y no nos referimos a los sanfermines, nos referimos a las fiestas de
los pueblos.
Los riojanos
–Comen mucho, en La Rioja no existe el menú de dos platos, allí te ponen un plato, otro, otro más y así hasta que salgas rodando de la bodega. Ya sea por la comida o por el vino.
–Son
borrachines,
si tu comunidad tuviese el nombre de la denominación de origen
vinícola mas famosa del mundo habría que verte.
–Son
hospitalarios,
un riojano te hace sentir en casa desde el primer día, nunca te irás
de La Rioja sin darte cuenta que no todo es vino en la región.
Los aragoneses
–Gritan mucho, bueno, hablan con energía, que no es lo mismo. Cuenta la leyenda que en la zona de los Pirineos Aragoneses la gente se comunicaba entre los pueblos a grito pelao.
–Son
tercos. A
un aragonés se le mete algo entre ceja y ceja y de ahí no lo sacas
ni a tiros. Si no, ¿por qué te crees tú que acentúan las palabras
dónde les sale de los cojones?
–Son
muy expresivos. Un
aragonés te dice las cosas claras y sin rodeos, si estás feo estás
feo, y punto.
Los catalanes
–Son tacaños. Bueno, ahorradores.
–Hablan
Catañol. Corre
el rumor por el resto de la península de que un catalán siempre te
responde en su idioma, pero no es cierto. La verdad es que lo mezclan
sin querer.
–Son
muy trabajadores. Eso
no sabemos si será verdad, pero lo que está claro es que se venden
como nadie.
Los castellano-leoneses
–Hablan un castellano perfecto. Bueno, puede que en Valladolid capital se hable bien.
–Son
muy Generosos,
puedes pasarte 7 días en las fiestas de cualquier pueblo y volver a
casa con más dinero del que llevaste. Te invitan a todo.
–Visten
muy bien,
sobre todo en las capitales de provincia. Ya pueden ir a misa, a
votar, a tomar el vermut o a una feria de hortalizas, ellos siempre
irán de punta en blanco.
Los castellano-manchegos
–Son gañanes.
–Tienen
un humor muy particular. Humor
cargado de buenas intenciones.
–Son
gente sencilla,
humilde y con un toque de locura quijotesca que los hace únicos.
Los madrileños
–Son chulos, sí, ¿y qué?
–Viven
estresados.
Sí, es cierto, da igual que sea laboral o festivo. Un madrileño no
anda, corre.
–Siempre
llegan tarde a una cita.
De hecho, nunca se queda a una hora en punto, se queda de 5 a 6, o a
partir de las 10. La expresión “en punto” no existe en el
vocabulario de un buen madrileño.
Los valencianos
–Son unos corruptos.
–Son
muy fiesteros.
Valencia con seguridad es la región con más discotecas por
habitante del mundo. Hay hasta “coches-discoteca”.
–Adoran
la pólvora.
Fiestas populares, carreras de motos, fallas, bodas, bautizos,
comuniones… Da igual, un valenciano te planta unos petardos hasta
en un funeral.
Los baleares
–No son baleares, lo primero que tienes que saber de un balear es que o es mallorquín, menorquín, ibicenco… Baleares son las islas.
–Son
cerrados como
todo
el
que viva en una isla turística. Es normal que no se abran mucho a
una persona que va a pasar allí el verano y en septiembre si te he
visto no me acuerdo.
–Son
muy suyos. Pues
sí, como no lo van a ser, teniendo Mallorca, Menorca, Ibiza,
Formentera y Cabrera.
Los extremeños
–Son conquistadores. El extremeño cuando sale de la tierra ya sabe a lo que va. Hay zonas de Cataluña, País Vasco y Madrid totalmente conquistadas hoy en día.
–Hablan
muy raro.
Sí queridos extremeños, tenéis una mezcla de acentos muy rara que
a veces os hace incomprensibles.
–Son
muy rústicos,
campesinos, aldeanos, pueblerinos. ¡¡Si!! ¿Y qué tiene eso de
malo? Al extremeño le gusta trabajar en el campo y vivir en él.
Los andaluces
–Son unos catetos y vagos y muy muy exagerados.
–Son
devotos.
Los andaluces no pasan un santo por alto, todos tienen que
celebrarse.
–Son
graciosetes y
eso no lo niega nadie. El andaluz es gracioso y guasón por
naturaleza, ahora, como te encuentres a un andaluz sieso, es el más
sieso de toda Europa.
Los murcianos
–Le
echan limón a todo,
da igual que sea un Gintónic o una sopa de cocido, un buen murciano
siempre pedirá limón para aderezar sus comidas y bebidas. Hasta el
limón pocho de la nevera puede valer.
–Son
un poco de pueblo.
–Son
la huerta de España
y a mucha honra. Quizás hasta llores cuando pruebes un tomate
murciano.
Los canarios
–Tienen su propio biorritmo. El canario no es lento, observa los detalles. ¿Acaso hay prisa? Vivir a una hora menos que la península te da otra perspectiva del mundo.
–Tienen
un acento muy divertido. Primero
tienes que descifrar que son canarios, porque pensarás que son
colombianos, venezolanos, cubanos…
–Son
muy guapos/as.
Ellos no tienen esa obsesión peninsular por tomar el sol y escapar a
la playa cada fin de semana, vienen de serie con el “kit”
completo.
Adaptado de: http://bloginmadrid.com/topicos-de-espana-aqui-se-libra-ni-dios/