LÍO GRAMATICAL
Antonio G. Yerba
-Vamos a ver, Manolito,
si aprendes esta lección;
una silla muy grandota
suele llamarse sillón
y a todo el que manda mucho
se dice que es un mandón;
supongo que ya lo sabes,
pues has prestado atención.
una silla muy grandota
suele llamarse sillón
y a todo el que manda mucho
se dice que es un mandón;
supongo que ya lo sabes,
pues has prestado atención.
-Por supuesto don Anselmo,
ahora lo diré yo:
una carta de gran sobre
suele llamarse cartón,
a una gran bota de vino
se la llamará botón,
y a todo el que lee mucho
se le llamará león.
ahora lo diré yo:
una carta de gran sobre
suele llamarse cartón,
a una gran bota de vino
se la llamará botón,
y a todo el que lee mucho
se le llamará león.
-Pero muchacho ¿que dices,
qué estás diciendo por Dios?
¿No te das cuenta que todo
ha de tener relación?
¿No ves que el león no lee
ni una bota es un botón?
Sin embargo lo que tapa
sí puede ser un tapón.
qué estás diciendo por Dios?
¿No te das cuenta que todo
ha de tener relación?
¿No ves que el león no lee
ni una bota es un botón?
Sin embargo lo que tapa
sí puede ser un tapón.
-Por tanto una bomba gorda
debe de ser un bombón
pienso que a un rato muy largo
se le ha de llamar ratón,
al que tiene una gran boca
se le dirá boquerón
y su vara, don Anselmo
debe de ser un varón.
debe de ser un bombón
pienso que a un rato muy largo
se le ha de llamar ratón,
al que tiene una gran boca
se le dirá boquerón
y su vara, don Anselmo
debe de ser un varón.
-No digas más Manolito,
en vista de este follón
creo que lo dejaremos
para mejor ocasión.
en vista de este follón
creo que lo dejaremos
para mejor ocasión.
EPITAFIO DEL EXTRANJERO VIVO
Jorge Enrique Adoum
(No son todos los que están)
Con hambre y hembra este hombre
surreal su realidad
desretratado en su pasaporte
descontento en este descontexto
trabajando y trasubiendo
para desagonizarse de puro malamado
queriendo incluso desencruelecerse
pararse a reparar y repararse
pero no le da tiempo
esta república sepulturería pública
y sigue remuriendo en un círculo virtuoso
de su larga desmuerte enduelecido.
Con hambre y hembra este hombre
surreal su realidad
desretratado en su pasaporte
descontento en este descontexto
trabajando y trasubiendo
para desagonizarse de puro malamado
queriendo incluso desencruelecerse
pararse a reparar y repararse
pero no le da tiempo
esta república sepulturería pública
y sigue remuriendo en un círculo virtuoso
de su larga desmuerte enduelecido.
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